jueves, 4 de junio de 2015

La vuelta de Fernando

Se acaba el último día del mes de mayo y es hora de hacer balance...
Un balance en un doble sentido, por el mes que se acaba, y por la conclusión de un objetivo que me marqué hace ahora 5 meses.
¿Digo objetivo...?
Igual debería decir un sueño....
Porque casi así se podría catalogar la empresa que me proponía realizar dado el estado en que me encontraba en aquel momento, con un estado físico lamentable, con un 40% de masa corporal de más, 96 kgs de peso, cuando mi peso bueno en forma son 67-68 kgs.
¿Como empezó esta historia...?
En primer lugar decir que yo siempre he tenido mente de deportista, aunque en ese y otros momentos a lo largo de mi vida me haya visto dentro de un cuerpo obeso que yo no reconocía como propio, o que por lo menos se manifestaba en mi una sensación de inconformismo que planeaba un giro radical. Qué sensación más terrible cuando te vas a atar los zapatos y no puedes ya que la tripa te impide el doblarte para ello, o ese odio que coges al irte a comprar ropa, nada te gusta, nada te vale, nada te queda bien.
A primeros de año el plan de cambio estaba trazado, el objetivo definido, ya solo quedaba encontrar la motivación necesaria, ese elemento dinamitador que me impulsara y diera fuerza para cumplirlo. Ese elemento lo encontré en una fotografía, pura casualidad, se diría que era una señal del destino, un reflejo premonitorio de lo que iba o tenía que ocurrir...
Pues bien, en esa foto, publicada en Facebook, se veía a dos primos mios, una por parte de padre y otro por parte de madre, corriendo juntos... O al menos era eso lo que parecía, hay que recordar que aunque los dos son primos mios, entre ellos no son nada, y viven en localidades distintas, pues bien, ante mi pregunta a ver si se conocían me respondieron que no, la foto era de una carrera de unos días antes, la San Silvestre de Gama, que se celebra, como tantas otras San Silvestres, el día de Nochevieja. A partir de ahí, y después de hacer yo las presentaciones, comenzamos a dialogar a través de los comentarios sobre la foto en Facebook. En uno de esos comentarios, mi primo nos comentó que el día 31 de mayo, hoy, organizaba la media maratón de Santoña, y que estábamos los dos invitados, mi prima contestó que era una pena pero que no podía por una boda, y yo por mi parte que ya me gustaría, pero que lo veía imposible tal como estaba en ese momento. Eso dije, pero en mi fuero interno en ese momento germinó una semilla de esperanza y determinación, en ese momento un sueño, pero gracias a la fuerza y motivación que me dio esa casualidad en forma fotográfica, podía hacerse realidad.
Por ello tengo que dar las gracias a Jackob Martínez y a Delia Ramos, por ser protagonistas, aunque sea involuntarios de esa instantánea que fue el motor motivador de algo que en ese momento parecía una gran gesta.
El objetivo inicial, bajar de peso y llegar a correr 10 kms a cualquier ritmo se convirtió en correr la media maratón de Santoña, lo que de por sí llevaba aparejado bajar mucho de peso.
Mes a mes fui cumpliendo el objetivo que me había marcado con creces, adelantando los plazos inicialmente planteados e escritos. El mes de enero había caminado 450 kms a ritmo rápido y bajado 8,5 kgs, con el mes de febrero vinieron los primeros problemas en forma de lesiones, al empezar a correr, y quizás demasiado pronto para el peso que tenía, problemas que se solventaron gracias a Sergio Labrador Oyagüe, fisio, que con su cercanía, ánimos, tratamiento, consejos, cuidados y en general su saber hacer, convirtió lo que podía haber sido el final de un sueño, en la continuación del mismo y la transformación del sueño en realidad. Pero esa solo fue el inicio de una plaga de lesiones que tuvo su colofon el 28 de abril y que la lesión con la cuál empecé el mes de mayo y que ponía en peligro mi participación en esta media maratón de Santoña, me persigue hasta el día de hoy. Esta lesión, que como he dicho me produje el 28 de abril, en los esquiotibiales, 3 días antes de una carrera en Colindres de 10 kms que había planteado como preparación para la media de Santoña, pues bien, esa carrera ya no pude correr, bueno, acabar, porque salir si hice.
Ahí se me planteaba una disyuntiva que no sabía cómo iba a resolver, parar tenia que parar, ya que no podía correr, pero durante cuanto tiempo...?
Quedaba un mes nada más para la media...
Total que después de parar 10 días decidí empezar a correr suave, pues era la única forma de llegar a correr la media. Quedaba nada mas tres semanas para la carrera. El ritmo era muy bajo, siempre por encima de 6 minutos el km, ya que comprobé que por debajo de 5:30 minutos/km y sobretodo si me acercaba a 5m/km sufría un pinchazo que me obligaba a bajar el ritmo. Así poco a poco se ha ido acercando el día de la carrera, y tengo que decir que a día de hoy, antes de la carrera, era una incógnita para mí el estado real de la lesión, no sabía cuánto me iba a permitir correr. El caso, y lo más importante, es que, 5 meses después, y después de muchas vicisitudes, problemas y contrariedades, sobretodo en forma de lesiones, los OBJETIVOS ESTÁN CUMPLIDOS....

23 kgs menos y la media de Santoña acabada...
No voy a decir que la carrera en sí haya sido algo que me haya llenado de orgullo, tiempo de 1:47:52 no es para echar campanas al vuelo, de hecho hace mes y medio ya terminé una media por debajo de ese tiempo, con la preparación muy justa, pero es que esta era un objetivo buscado en un principio y aparte están las condiciones que tuvieron lugar en este día, aparte del calor, con lo tarde que salía la carrera, estaba la lesión que me traía en vilo, y de hecho corrí en la frontera  que dicha lesión me marcó, en el km 1,5 ya me dio el primer pinchazo y tuve que bajar el ritmo y dejar a Unai y la liebre de 1:45, estuve intentando no perderla demasiado de vista, hasta unos 300 metros, y luego cuando me lo permitió la lesión, se ve que con el tiempo los musculos se van calentando y te permiten un poco más, volví a coger a la liebre, sobre el km 7 o algo así, la pena es que Unai ya estaba afectado por el cansancio y el calor e iba hacía atrás. Seguí con la liebre hasta el km 17 y… que mala cabeza la mia, me eché hacía delante… Mala decisión, solo duré unos 500 metros, otra vez sentí molestias, y de ahí hasta meta solo fue perder e intentar mantener lo mas posible un ritmo que me permitiera acabar.
Gracias también a mi hermano, Juan Ignacio , por estar siempre ahí transmitiendome ánimos y comprensión, y a mi familia de casa, mi mujer Tere, y mis hijos Aitor  y Leire,  por aguantarme y por adoptar como suyas propias mis ilusiones.
Por supuesto un hecho reseñable, y que ha contribuido a mantener vivas mis ilusiones es el haberme encontrado con un grupo de amigos con unas inquietudes comunes, una locura contagiosa, la locura de los runners, ASTRABUDUA TALDEA, un grupo tan heterogeneo, hacen a todo, y a la vez tan homogeneo… espero infectarme un poco de ese virus, pero no demasiado, jajaja  Allí donde se mueve una carrera, allí hay alguién de Astrabudua Taldea, creo que si se oye que organizan una carrera en la luna, allí habra una camiseta con el logo del club. Eso sí, envidia sana, ¡¡¡Qué energia  y ganas desprenden ¡!!   ¡¡¡Gracias muchachos!!!  Pero… ¿Dónde estabaís  hace 20 años cuando mis energias estaban intactas? ¡¡¡ Ay si le hubiera pillado a Zazo entonces…!!!
Ahora el objetivo inmediato es seguir adelante, curar sin dejar de practicar deporte esta lesión que amenaza con acompañarme un tiempo demasiado largo, aunque me conformo con que siga así, permitiéndote correr aunque sea a ritmo lento, y alcanzar una regularidad de la que hasta entonces he carecido. En síntesis, disfrutar con lo que me gusta, correr y en general hacer deporte, ya no correré como lo hice antaño, por supuesto, pero aspiro a disfrutar mucho más de lo que lo hacía entonces que era más esclavo del cronómetro.